Buceando en el Mar de la China

Anilao, en la provincia de Batangas, es un lugar muy preciado por los amantes del buceo. Según me dijeron, reconocido mundialmente. Como mi contacto acá tiene un amigo que es buzo comercial e instructor de buceo, surgió la idea de ir, y de a poco fue tomando forma hasta que el domingo pasado la concreté.


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Se llega después de unas 3hs de auto de Manila. Después les contaré un poco del camino, un recorrido difícil de olvidar. Un gerente de la empresa acá tiene un "negocio paralelo" de alquiler de autos así que a través de él pude alquilar a buen precio un auto con una persona que nos llevó y nos trajo, a mí y al instructor.

La zona de buceo no es zona de playas. La costa es bastante rocosa y empinada. Se "cae" de los cerros con palmeras y vegetación muy cerrada directo al mar. Acá dicen que lo lindo no está encima del agua sino debajo, pero a mí, acostumbrado a otros paisajes, esto me pareció espectacular, aún no teniendo playa.


Hay muchos puntos para buceo. Y lo bueno es que muchos están ahí nomás de la costa.

En esos lugares, han hecho lo que llaman "resorts". No se imaginen nada lujoso, como lo que habitualmente conocemos por "resort". Estas son mas bien posadas, orientadas a gente que viene a bucear. Como la costa es tan escarpada, se llega sólo por agua. No hay caminos que lleguen a los resorts. Son lugares con habitaciones simples pero decentes, buena comida y por supuesto alquiler de equipos, tanques, etc.


Uno llega hasta un punto en auto, lo deja ahí y te vienen a buscar en una "banca", que son los botes que usan en esta zona, con troncos a los costados que hacen de estabilizadores. Nosotros tuvimos una navegación cortita, de 10-15 min, hasta llegar a nuestro "resort".


Ahí almorzamos temprano, con la variedad filipina (puedo decir sin miedo a equivocarme que fue el pescado más sabroso que comí en mi vida, tan sabroso que en un ppio pensé que era carne de cerdo), y después nos pusimos a armar el equipo.

Si bien había hecho snorkeling muchas veces, sólo había probado tanques una vez, y no en una salida en serio sino en algo muy controlado. Así que pasé con Glenn, el instructor, por las explicaciones de rigor, nos pertrechamos, traje de neoprene incluido (26°C era la temperatura del agua, lo cual estaba bien pero no quería arriesgar no usar traje y tener que interrumpir después de 20min por frío), y después rumbeamos para el agua.


Primero hicimos una prueba rápida y comprobó que podía, debajo del agua, sacar agua de la máscara, y sacar y poner el regulador. Después de eso nos largamos.

Fueron entre 30 y 40 min de bucear por los lugares más increíbles. Corales, bivalvos de medio metro de largo, peces de todas formas y colores (violetas, naranjas, azules eléctricos, amarillos, etc). Estar inmerso en un cardumen, a tal punto que no ver a la distancia de tantos peces que te circulan alrededor... nada que envidiarle al National Geographic Channel! Volver a sentir esa sensación de ingravidez que recordaba... hacía unos cuantos años que no hacía esto.

No había que sumergirse mucho para ver todas estas cosa; bajamos hasta un máximo de 11m.

Un recuerdo que no se va a borrar fácil.

La selección completa de fotos está acá. Como cámara subacuática no tengo, las fotos no incluyen la parte acuática, lo cual es una lástima. Fotografía submarina... ese sí sería un buen giro para mis hobbies. Aunque mejor me mantengo con algo de presupuesto más controlado, jeje.

Si alguien me hubiera dicho en noviembre pasado que en enero iba a estar buceando en el Mar de la China, hubiera pensado que estaba tomando drogas fuertes. :-)